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jueves, 20 de enero de 2011

Los Mundos De Nasshla III

Nasslha tenía un amigo allí, todo era secreto claro, pues si no no le hubiera importado que Crishal la acompañara, se llamaba Nazrel,y era un pequeño orco-duende muy gracioso, al menos era el único que no había caído en la tristeza de aquel trabajo, pues su flauta mágica de madera de sauce, le libraba de toda melancolía.
Nasshla se escabulló del gentilicio del mercado por el bosque de Essrä, donde se encontró el gran palacio de mármol blanco solitario y triste como la última vez que estuvo ahí. Parecía una ermita en él el viento quejumbroso, descansaba de su viaje por Torthör, y batía las cortinas de aquel palacio con admirable tristeza.
Estaba formado por varios niveles,parecía como si de cada edificio surgiera un nuevo, con grandes ventanas circulares como las de las iglesias,cristaleras y silencio. Mucho silencio.
-Ah, princesa tardabais en llegar-sonrió el deforme rostro de Nazrel
-No es fácil librarse de Crishal, ya sabes como es papá.
-Lo sé, pasad.
-Nazrel, enseñame el mundo de los humanos, me lo prometisteis.
Nazrel contrajo el rostro (si se puede más) y dubitativo respondió:
-Pensé que querías seguir jugando con mi colección de almas-sonrió dejando ver unos dientes amarillos puntiagudos y torcidos.
-Ya las vi el otro día, anda, solo enseñame por qué le decís el planeta azul, ¿acaso puede tener tanta agua como Torthör el padre de todos los océanos?
-Venid y vereis pero no os asomeis pues este rostro no me lo dio Creador.-dijo melancólico Nazrel.
La llevó por una escalera que apenas se distinguía por todo el manto verde que la cubría, bajaron al lago negro por un puente de madera en buen estado, pues aquellos pequeños seres no podían salir de aquel palacio y dedicaban todo su tiempo libre a su cuidado. Cuando llegaron a la orilla, Nazrel seseó con la lengua y una gran bola azul salió poco a poco del agua entre humo blanco. Nasshla la observó maravillada. De aquella gran bola salían susurros de voces de los cuales no entendía nada pues eran muchos a la vez.
Quiso asomarse pero Nazrel la detuvo.
-Lo adevertí ¿no querreis dañaros el bello rostro?
-Por una vez...
-Si insistís majestad...
Nasshla se asomó y lo primero que vio fue sangre por todos los lados y gente llorando, la oprimió el pecho un fuerte dolor, el corazón se le desgarró y de repente...
Se encontraba en una habitación, un chico,se hallaba tumbado en un sofá soñando.
Soñaba con las hadas y las ninfas como las que había en Torthör, ¿cómo era posible?
Nadie sabía de la existencia de Torthör en aquel mundo, su padre se lo había dicho.
El chico abrió los ojos, unos ojos verdes profundos...
-Ahh, Chris... ese chico me está dando problemas-la voz de Nazrel devolvió a Nasshla en sí
-¿Quién es?
-Se llama Chris, y tiene 20 años, es un chico inquieto y soñador... no me gusta como pinta, se ha imaginado una y otra vez este mundo y eso puede ser peligroso.
-¿Por qué Nazrel? Nunca lo he comprendido nosotros incluso les manejamos a ellos.
-Con todo lo que viste al principio, si soñaran con un mundo como este se volverían locos todos lo desearían y eso rompería el equilibrio que hoy sujeta ambos mundos.

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