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sábado, 22 de enero de 2011

Nasshla V

-Calla, acabarás como Osshlum-rió Nasshla tirandole un fruto.
Crishal la fulminó con la mirada.
La cena acabó todos se retiraron y Nasshla y su padre salieron al amplísimo balcón real.
-Padre contadme más, me resulta curioso.
-¿Qué os puedo contar que no os enseñen vuestros maestros en su debido momento?-sonrió el padre.
-Uhm.. ¿qué lengua se usa para que el planeta emerja?
El padre la miró sorprendida.

-Bueno, Raybold me enseñó un poco, me da cultura general ya sabes-mintió.

-Pues la lengua más antigua, la del padre viento.
-¿Y qué se dice exactamente? Osea, ¿como sería en la lengua que hablamos ahora?
-No ha cambiado mucho Nasshla, pero se dice: emerjed, los dioses han hablado.
-Vaaaya.Dilo en el lenguaje del padre viento.
-''aishma wen agoe bae''
-¿Cómo lo hacéis padre?
-Susurrale a tu padre viento, él te guiará Nasshla-le besó la frente.
Nasshla lo intentó durante bastante rato sin mucho éxito.
Entonces echó un vistazo a su alrededor, las cortinas ondeaban al viento, todo lo regía padre,sólo tenía que sentirle en su corazón.
-''aishma wen agoe..bae''
¡Eso es! pensó entusiasmada.
A la mañana siguiente Nasshla estaba ansiosa por asistir a sus clases y ir a visitar a Nazrel, pensó que las clases tendrían mayor utilidad de lo que pensaba.
-Padre cuando podré subir de nivel, esto que estoy dando me aburre, quiero aprender todo sobre el lenguaje padre y el planeta que el destino me tiene encomendado a dirigir.
El padre se sorprendió, y se sintió orgulloso, pues quizás su hija comenzaba a hacerse mujer y pronto podría pasarle la carga que tantos y tantos años le había pesado.
-Hablaré con raybold a ver si te hacen los exámenes y subes de nivel-sonrió complacido.
-Os quiero padre-hizo una pequeña reverencia y fue al bosque a visitar a Raybold,su profesor.

viernes, 21 de enero de 2011

Nasshla IV

-Yo no le vi peligroso, había algo en sus ojos que me dio seguridad...
-Cualquier humano que sueñe con nosotros tendrá graves problemas, Oshlum podría cortar los hilos demasiado tarde y desequilibrar el reino de vuestro padre princesa.
-No entiendo si vosotros teneis esta bola llamada planeta azul como Oshlum puede intervenir
-Las brujas del bosque de la noche tienen un pacto con él, Oshlum lo ve todo , a través del ojo de la bruja más anciana, y posee unas tijeras capaces de cortar estos hilos-de las manos de Nazrel salió un halo de luz bañada en oro-que mantiene a los humanos en conexión con su mundo y cuando son cortados vienen aquí-Nazrel atrapa un alma vieja y sabia, un espectro de luz azulado y la guarda en un bote de cristal-para perecer hasta su siguiente vida.
-Tengo que irme, se me hará tarde, prometeme que me contarás más Nazrel
-Como gusteis princesa.-Nazrel bajó la cabeza y acompañó a la princesa a las puertas del templo, donde la miró apesadumbrado y triste, y sacó su flauta dispuesto a aliviar la opresión que nuevamente le nacía en el pecho.
Nasshla no pudo quitarse esos ojos verdes de la cabeza desde que los vio.
La resultó extraño. No entendía por qué.
Crishal estaba con el apuesto elfo de antes tomando en la taberna del pueblo.
-Ah Nasshla, ya has venido, ¿No hace un día maravilloso hoy?-dijo entre risitas
-¿Desde cuando esta simpatía Crishal?-sonrió pícara mirando al elfo.
Crishal la fulminó con la mirada y se despidió del elfo.
-Mañana os vereis, quiero volver al pueblo, Nitha me ha prometido enseñarme un conjuro que hace que un osranbae, vuele ! !Que vuele! nada más y nada menos.
Eso era mentira, estaba ansiosa por ver de nuevo a aquel chico. Lo del osranbae, un felino entre puma y pantera de color negro que habitaba los bosques de Torthör y era bastante grande pues era el equivalente a un caballo para ellos,ya lo había visto mil veces. Nitha se lo enseña a los niños de la plaza.
-Crishal vamonos-cogió a la enamorada y se la llevaba a rastras mientras la otra, saludaba con la mano sonriente al elfo.
Nasshla estaba ansiosa por irse a dormir, quería que llegara el día siguiente y verle. No se le podía sacar de la cabeza.
Cuando llegaron a palacio, en la cena, donde se sirvieron los mejores manjares de Torthör, todo hongos y frutas del bosque, Nasshla le pidio a su padre que le contara más cosas del planeta azul, pues sabía que eso también quedaría bajo su cargo en su sucesión y así su padre vería que era porque le interesaba.

-Igual que los Dioses nos guian a nosotros, igual que a ellos les guía Creador, nosotros guiamos a los humanos.-bebió.

-Pero padre, hay algo que no entiendo, ¿por qué no les hacemos felices?
El rostro del padre se ensombreció.
-Osshlum también tiene un papel en esto. Sabes que nunca soporto no poder subir al reino y su corazón se pudrió. Él no era así, hija mía. Era uno de los guerreros elfos más afortunado que te puedas imaginar, el más valiente él más apuesto. Un día, el antiguo rey de Torthör, sonámbulo y enfermo, casi cae a las aguas del bosque de la Noche, las cuales ya sabes que tienen unas plantas que te enredan de pies a cabeza y te sumerjen para no salir nunca más. Yo estaba allí, tocando mi flauta, y lo salvé. Desde entonces me nombró rey en vez de a Osshlum que tanto había luchado y tantos honores había ganado. Y eso , le pudrió el corazón.-El padre entristeció.
-Luego hay algunas-intervino Crishal-que no aprecian lo afortunadas que son.

jueves, 20 de enero de 2011

Los Mundos De Nasshla III

Nasslha tenía un amigo allí, todo era secreto claro, pues si no no le hubiera importado que Crishal la acompañara, se llamaba Nazrel,y era un pequeño orco-duende muy gracioso, al menos era el único que no había caído en la tristeza de aquel trabajo, pues su flauta mágica de madera de sauce, le libraba de toda melancolía.
Nasshla se escabulló del gentilicio del mercado por el bosque de Essrä, donde se encontró el gran palacio de mármol blanco solitario y triste como la última vez que estuvo ahí. Parecía una ermita en él el viento quejumbroso, descansaba de su viaje por Torthör, y batía las cortinas de aquel palacio con admirable tristeza.
Estaba formado por varios niveles,parecía como si de cada edificio surgiera un nuevo, con grandes ventanas circulares como las de las iglesias,cristaleras y silencio. Mucho silencio.
-Ah, princesa tardabais en llegar-sonrió el deforme rostro de Nazrel
-No es fácil librarse de Crishal, ya sabes como es papá.
-Lo sé, pasad.
-Nazrel, enseñame el mundo de los humanos, me lo prometisteis.
Nazrel contrajo el rostro (si se puede más) y dubitativo respondió:
-Pensé que querías seguir jugando con mi colección de almas-sonrió dejando ver unos dientes amarillos puntiagudos y torcidos.
-Ya las vi el otro día, anda, solo enseñame por qué le decís el planeta azul, ¿acaso puede tener tanta agua como Torthör el padre de todos los océanos?
-Venid y vereis pero no os asomeis pues este rostro no me lo dio Creador.-dijo melancólico Nazrel.
La llevó por una escalera que apenas se distinguía por todo el manto verde que la cubría, bajaron al lago negro por un puente de madera en buen estado, pues aquellos pequeños seres no podían salir de aquel palacio y dedicaban todo su tiempo libre a su cuidado. Cuando llegaron a la orilla, Nazrel seseó con la lengua y una gran bola azul salió poco a poco del agua entre humo blanco. Nasshla la observó maravillada. De aquella gran bola salían susurros de voces de los cuales no entendía nada pues eran muchos a la vez.
Quiso asomarse pero Nazrel la detuvo.
-Lo adevertí ¿no querreis dañaros el bello rostro?
-Por una vez...
-Si insistís majestad...
Nasshla se asomó y lo primero que vio fue sangre por todos los lados y gente llorando, la oprimió el pecho un fuerte dolor, el corazón se le desgarró y de repente...
Se encontraba en una habitación, un chico,se hallaba tumbado en un sofá soñando.
Soñaba con las hadas y las ninfas como las que había en Torthör, ¿cómo era posible?
Nadie sabía de la existencia de Torthör en aquel mundo, su padre se lo había dicho.
El chico abrió los ojos, unos ojos verdes profundos...
-Ahh, Chris... ese chico me está dando problemas-la voz de Nazrel devolvió a Nasshla en sí
-¿Quién es?
-Se llama Chris, y tiene 20 años, es un chico inquieto y soñador... no me gusta como pinta, se ha imaginado una y otra vez este mundo y eso puede ser peligroso.
-¿Por qué Nazrel? Nunca lo he comprendido nosotros incluso les manejamos a ellos.
-Con todo lo que viste al principio, si soñaran con un mundo como este se volverían locos todos lo desearían y eso rompería el equilibrio que hoy sujeta ambos mundos.

Los Mundos De Nasshla II

Nasshla medía 50 centímetros, era delgada y esbelta, vestía una tela parecida a la seda pues estaba hecha con las lágrimas de la luna, era blanco perla, casi transparente, se podían adivinar sus bonitas curvas de mujer,tenía un pelo largo rubio y ondulado que le llegaba por el final de su espalda, caminaba siempre descalza, como casi todas las muchachas de Torthör, su cara, redonda y de rasgos muy finos, lucían unas orejas puntiagudas que ella adoraba, pues sabía mover la punta con gracia cuando se enfadaba, sus ojos eran almendrados, de un azul marino brillante, como la profundidad del océano acariciada por los rayos del sol , su nariz pequeñita y fina, sus labios el de arriba fino y el de abajo más gordito tenían un color rosado y su dentadura era blanca y perfecta, pues era la princesa, las malas bocas solo se les veía a los mercantes y brujos de Torthör.
Caminaba por el puente de palacio apurada y feliz, y Crishal, la gritaba
-Vamos Nasshla no sé qué de inquietante tiene para ti el pueblo, lo puedes ver desde tu ventana cada mañana, desde palacio se ve todo.
-¿bromeas? No puedes ver a rothlo sumergido en sus libros ni a Nitha, con sus conjuros en la plaza, ni a las hadas ni a las ninfas, ni a los soldados de papá en la taberna del tuerto, esos valientes elfos con sus arcos, Crishal, deberías ponerles más ojos seguro es eso lo que te tiene tan amargada-rió.
Crishal la fulminó con la mirada.
-Sabes que lo que me amarga es que tengas que ser tú la que ocupe el trono,no te lo mereces, no eres responsable, ni siquiera lo quieres ¿y tú amas al pueblo?
-Lo amo, amo sus costumbres quiero vivirlas y formar parte de ellas no manejarlas.
-No sabes lo afortunada que eres Nasshla.
-No me sarmonees anda y mira ese de ahí, te mira mucho Crishal.
Crishal se volvió de repente sonrojada, un elfo de pelo largo, en una trenza moreno robusto y apuesto, la saludó con la cabeza.
-Bah! Qué dices... seguro es que me ha visto por el jardín de palacio mientras hablaba con papá-Agitó las alas.
-Jiji ¿por qué no te vas con él un rato? Quedamos en la taberna del tuerto, a ti te aburre hablar con Rothlo y con Nitha, y tumbarte en el Lago Ssslá con las ninfas ni te digo.. venga , antes de que se ponga el sol …
Crishal se peinó nerviosa.
-Mm... bueno vale, no tardes
-¡Piérdete!-rió Nasshla perdiéndose en la multitud del mercado.
La fascinaba aquel lugar, lleno de colores, de casitas de madera y hongos , de gente riendo y bailando, bebiendo.
Torthör era un reino feliz,o al menos eso aparentaba.
Los orcos-duende, pequeñas criaturas menos favorecidas del reino se dedicaban a manejar el mundo de los humanos,trabajaban para el Rey, pues debían informarle de todo y hacer su voluntad, pero sus rostros estaban deformes del dolor que producían en aquel mundo , de guardar y cuidar las almas que de él surgían, de darle color y darle vida... todo lo hacían aquellos pobres seres, cubiertos por una túnica negra que llevaban con la capucha puesta pues su rostro era muy desagradable ante tanto rostro perfecto de Torthör, y es que el dolor a veces puede contraer los rostros más bellos...

Los Mundos De Nasshla

En un lugar, creado por el amor de la eternidad hacia las obras del tiempo, acariciado por el aire y vestido por el agua, se erguía el reino de Torthör, sus habitantes, alegres  y ajenos al mal del mundo de los humanos, vivían en paz.
Sus extensas aguas cristalinas daban paso a una gran montaña de piedra esculpida por la música de sus mágicas flautas, con grandes salientes, imponente, cubierta por un verde manto, alumbrada por sus mágicos hongos, que desprendían una luz espectral, llenaban la oscuridad de aquel mágico mundo. Detrás de esa gran montaña a los que los habitantes de Torthör llamaban Essrä , se contemplaba una inmensidad cubierta de un velo de niebla, encima de aquel vacío, al frente se abría paso un puente quebradizo, de años y años atrás, se mantenía con las pocas fuerzas que le quedaban a esos trozos de madera vieja, donde al final se extendía una nueva montaña y desde donde se podía contemplar el reino de Torthör, nacido en el seno de las montañas, grandes cúspides se levantaban besando al cielo,  acababan en bonitas y elegantes cúpulas, de color azul y verde mar, ventanas rectangulares amplias, cada una con una decoración diferente adornando su marco, las cortinas fantasmas en la noche, ondeaban con la caricia del viento en aquel reino aparentemente desolado y lleno de tanta vida, al fondo el gran palacio en conexión con otro puente de color blanco , escalones tallados en la dura piedra fría, se levantaban cuatro grandes torres acabadas en una cúpula blanca brillante donde se apreciaba el sol, la luna y las estrellas en un reflejo, enredaderas verdes trepaban por las grandes torres acabando en llamativas flores lilas, la puerta del palacio medía más de cuatro metros de altura, era de madera de roble con bonitos decorados verdes acabados en hojas, tenía inscrito el himno de los habitantes de Torthör, en su lenguaje del padre viento. Allí, en ese inmenso palacio,en ese aparente desolado reino, nació Nasshla,la princesa de Torthör, bajo la influencia de la diosa Afrodita y Poseidón le regalaron en su nacimiento, un presente muy especial , pues Afrodita le regaló el don del amor y la belleza y Poseidón el poder del agua.
Cuando Nasshla creció hasta la edad de los 17 años (150 para el reino Torthör) sólo quería explorar mundo, cosa a las que su padre y su madre se oponían como era natural, pues era heredera del reino y su deber era aprender todo lo posible antes de preceder a su padre.
-Pero padre, esas tareas me tienen aburrida, comprended... quiero divertirme.. ¿por qué si me queréis no me dais a elegir ? No quiero ser la reina de Torthör
-A mi tampoco me dieron a elegir, cada espíritu en este mundo tiene una función y la tuya es guiar a los habitantes de Torthör a seguir la luz
-Es injusto
-Lo sé, pero no puedo hacer nada
-Si, sí podéis padre... dejadme ir a visitar la ciudad aunque vaya con Crishal.
-Está bien-dijo suspirando el padre abatido-pero no volváis más tarde de cuando el sol se pone
-Claro-contestó Nasshla sonriendo triunfante. Se precipitaba a la puerta cuando...
-Nasshla -dijo el padre con semblante serio
-¿Sí?
-Está terminantemente prohibido que cruces el bosque de la Noche. No puedes ir al Reino de Oshlum.
-Lo sé
El padre asintió agradecido y se retiró a sus aposentos.